Foto: Mariana Méndez
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Contrafarsa:
Murga, Arte, Sociedad
Prólogo.
Por Daisy Tourné
La comunicación artística es la más alta forma de dar mensajes y requiere condiciones óptimas de libertad.
A su vez, el arte es una acción de amor, un deslumbrante vínculo que se establece entre los hombres.
Dr. Enrique Pichón-Rivière
Retornar
al tablado de barrio
misterio de esquina.
Caminar
Sobre una serpentina...
Eso es CARNAVAL.
En realidad no sé mucho de prólogos. Debo confesar - no sin algo de vergüenza - que la más de las veces los salteo. En el fondo creo que el destino me puso en esta encrucijada de escribir uno para que aprenda y como acto de constricción ante tanto prólogo salteado para que ocupe con humildad este lugar. La vida tiene esas cosas ... Por suerte, a cada rato nos ofrece la maravillosa oportunidad de aprender lo nuevo.
Fue un gusto recibir la llamada de mi entrañable amigo Luis Carrizo invitándome/desafiándome a emprender la hazaña de prologar Contrafarsa: Murga, Arte, Sociedad. Acepté de inmediato, casi sin pestañear. A esta altura de mi pasión es difícil quedar al margen de nada que involucre a Contrafarsa. Ya sabía yo que Luis estaba desarrollando este proyecto que se hizo libro. Los vi, a él y al equipo trabajar, entusiasmados, encantados, atrapados en el andar de Contrafarsa y se me contagiaron las ganas.
Contrafarsa: Murga, Arte, Sociedad es una mirada enamorada. Esa mirada que desoculta y preserva la magia, recreándola. Es una mirada que se mete en y con la murga y quiere saber todo de ella. Mirada cautivada y cautivante, inquieta e inquietante. Esos ojos recorren con placer el objeto de su amor y cuentan. A veces toman distancia y miran el conjunto, a veces se detienen apasionados en un detalle. Pero esencialmente son ojos deslumbrados por lo que ven y por el disfrute de ver. Una se deleita viendo a través de ellos.
El libro acepta el desafío que la murga lanza en su Presentación del 2000 de: Caminar sobre una serpentina, se acopla al movimiento espiralado y gracioso, fugaz y bello que es el arte carnavalero. Recorre las sutiles vueltas, las recrea, las cuenta. No es una descripción ni un análisis. Es un ir y venir por la historia, los afectos, los encuentros y los desencuentros. Historia de vida y de vidas, devenir de un proceso.
Contrafarsa: Murga, Arte, Sociedad es la posibilidad de andar y desandar un collage: diferentes realidades que combinadas generan una nueva realidad, lo que apareció fragmentado, disociado, logra una síntesis, una nueva unidad que genera un cambio. Porque Contrafarsa es eso: multiplicidad de articulaciones que en el espacio y el tiempo se contienen. Contrafarsa es más que la historia y las historias, es más que las vivencias y las personas. Es ese viaje de la serpentina, espiralado y ascendente en el que cada vuelta contiene y supera a la anterior.
Acompañar la caminata es una gratísima experiencia, dejarse llevar por las vueltas y recordar y descubrir y volver a sentir y comprender es la propuesta. El libro nos cuenta los por qué, los cómo, los cuándo, los de qué manera se logra ese nexo casi insólito, ese punto de contacto que nos deja perplejos entre murga y pueblo, ese momento de comunión que genera la magia de interpretar y sentirse interpretado, cuando la murga canta y NOS canta, cuando la voz de la murga dice lo que nosotros sentimos y pensamos. En momentos en que estamos solos - como en estos agrios tiempos - cuando casi nada nos contiene y nos sostiene, la murga nos ofrece el continente, nos permite re-conocernos, sostiene nuestra identidad.
Los capítulos componen una atinada manera de caminar por la serpentina que nos lanza Contrafarsa. La historia de la vida de la murga está escrita con meticulosidad y afecto. La cuenta como quien habla de alguien muy querido que una vio crecer. Como si se tratara de ese chiquilín que una sostuvo en brazos y que ayudó a dar los primeros pasos o le consoló algún llanto o le ayudó un amor. Y, ahora, una mira entre admirada y orgullosa proyectarse en todo su esplendor.
Se interna luego en las entrañas de la propuesta creativa, y ahí sí, son viajes maravillosos en las múltiples articulaciones: las letras y las músicas; los movimientos, los cuerpos y el cuerpo de Contrafarsa; los colores y las formas; las caras y la bocas; las manos que pintan cada parte de la murga. Todo contado al ritmo del entusiasmo, del jugarse todo por lo que se cree y siente. Aparecen los relatos de los protagonistas y la serpentina va tejiendo los nexos con el ritmo de la noche del Teatro de Verano. Y se producen los clics que dan sentido y coherencia, que hacen que lo cotidiano se transforme en maravilloso, que provocan que la Contrafarsa lo ocupe todo en el escenario con una presencia impactante que nos lleva -a nosotros: su público- a colgarnos de la punta de la serpentina y volar con ellos.
Sigue el viaje y uno se trepa a la bañadera y anda entreverada de murga y risa por los tablados y es testigo y parte de la vida de ese grupo. El relato nos trae el calor, el color, el sudor de esos gladiadores enamorados de lo que hacen, que cantan lo que sienten y sienten como vos y como yo pero lo hacen de una forma bella que transforma lo tuyo, lo mío, lo nuestro en pura poesía.
Todo el libro es un homenaje, como el propio Luis lo apunta en la Presentación. Incluso cuando con rigurosidad académica Luis deja conocer su mirada técnica, la consabida disociación teoría-práctica desaparece y se instala lo cierto: quien ama no es ciego, por el contrario, cuanto mayor es el conocimiento y la comprensión el amor se consolida, se profundiza y uno siente que vale la pena.
Contrafarsa: la murga, Contrafarsa: Murga, Arte, Sociedad: el libro, son historias de diálogos, integración, comunicación, creatividad, pensares, haceres, sentires. Ambos nos dejan un lugar para participar, para meternos, ser parte, contenernos. He ahí el misterio, he ahí la razón de la magia ...
Daisy Tourné
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