Crítica de cine:
"LA DIFICIL CONVIVENCIA"
Hemos visto la producción de origen africano"Tarumba tarambatú", cuya traducción al español sería: "Así no podemos seguir, querido". Tal como nos tiene acostumbrados el cine de aquellas latitudes, el tema se centra en los problemas que tiene un matrimonio para convivir con un elefante que se ganaron en un programa de preguntas y respuestas. Si bien la intención es denunciar el déficit habitacional y los conflictos que origina un tipo de construcción cada día más estrecha, el guionista se dispersa por caminos laterales que pueden confundir al espectador poco habituado a semejantes laberintos. Hay también un exceso de horror que se manifiesta especialmente en la escena de la mesita de luz que no entra en la habitación y el matrimonio la pone afuera, junto a la ventana del dormitorio. Como era previsible, al sonar el despertador, el dueño de casa, algo dormido, saca el brazo para detener la fastidiosa campanilla, pero precisamente es ese sonido el que atrae a un tigre que no duda en comerse aquel brazo desnudo. El hecho de que en ese momento la mujer esté soñando que juega en una playa del Caribe con dos sobrinos hijos de una hermana soltera que se fue con el artillero de un tanque de la Segunda Guerra Mundial, aumenta, sin necesidad, la truculencia del tigre devorando el brazo en tanto la mano insiste con querer apagar el despertador. Lamentablemente, este tipo de situaciones le restan protagonismo al elefante. Ganado en el concurso cuando aun era un cachorro, el paquidermo va creciendo y a medida que aumenta su tamaño aumentan también las incomodidades y desacuerdos, y sobre todo los roces con el matrimonio. El mensaje claro y terminante, es que el elefante también tiene derecho a tener una familia, que por cierto no es esa. No siempre buenas intenciones hacen buenas películas, ni buenos comentarios.
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