Crítica de cine:
La película narra la historia de Martita, una costurera que vive en un barrio humilde y tiene un novio que es animador del tablado en carnaval, y que se pasa el resto del año sin salir para cuidar su garganta de las inclemencias del tiempo. Ella trabaja en la máquina Singer a todo pedal para ahorrar unos pesitos con miras a formar un hogar con el animador que se llama Norberto. Al borde del melodrama rioplatense, la película se va desarrollando entre los amores de las madres, los celos de los hermanos de Martita que temen que ella se vaya de la casa y no les planche más los pantalones, y las excentricidades de un tío de Norberto que sueña con tener un tanque de la Segunda Guerra Mundial. La aparición de un buscador de personajes para integrar una versión de "Gran Hermano Bobo", le dará a la historia un giro de setecientos ochenta grados. El individuo es en realidad un agente secreto de la "SSS", sigla que significa Su Seguro Servidor y que es solamente una pantalla que oculta una organización de trata de blancas que está al borde de la bancarrota por haber caído en manos de los negros. Una noche Martita le está terminando el dobladillo a la pollera de una vecina, cuando entra una banda de coleccionistas y le roba la máquina Singer. La intervención del FBI parece un tanto desmedida, pero luego se descubre que uno de sus jerarcas, y secretario de actas del SSS, está enamorado de la vecina de Martita, y quiso evitar que le terminara el dobladillo de la pollera, pues se enteró por medio de la CIA que la vecina de Martita iría a un baile a la embajada de Groenlandia para entregar un disquete con la información de un cohete cuya mayor virtud es que se enciende y despega sin largar humo. Digamos por último, que en medio de la mediocridad del film, se destaca el tío de Norberto jugando en la playa con un cangrejo, en una escena que nos recuerda, sospechosamente, "El séptimo sello".
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